Es 21 de marzo. No sólo se despiertan las flores y se intensifican los amaneceres, hay algo más para ti. Dirígete al Ixtépete, el recuerdo vivo de una época de esplendor. Vístete de blanco, eleva tus manos y déjate guiar por el murmullo del viento.
El Valle de Atemajac es algo más que la zona metropolitana de Guadalajara. Es un territorio que honra los puntos importantes de otros ayeres. El Ixtépete es uno de esos centros, donde grupos indígenas conocieron el esplendor. Región rica en obsidiana.
Observa sus estructuras, maravíllate con los danzantes y sus largos penachos. Cierra los ojos, estás escuchando el llamado de un conchero y su instrumento prehispánico. Bienvenido, estás recibiendo la primavera en el Ixtépete.